24.10.11

Todo fluye.

Los blancos ríos, los ríos de leche, que se abren camino por la tierra mas dura, por la tierra triste, por la roca testaruda. Los ríos dorados al ponerse el sol, los ríos plateados al salir la luna, cubiertos por cien mil hojas tiernas de los arboles que son sus hijos y se amamantan de su agua. Los ríos, como venas de alguna deidad verde y fecunda, en ocasiones, incluso, milagrosa, perfecta en su desorden fractal. Los ríos como cabellos cristalinos de una ninfa enterrada, que forman en conjunto una melena cambiante y rápida, fría. Como serpientes reptando por las laderas, los ríos, llenos de peces y estrellas, los ríos que envidian los astros marchitos y ásperos, que anhelan el cosquilleo agradable de las aguas correr por su superficie, el rumor de su incesante recorrido. Ríos que a veces lloran y caen, precipitándose con fuerza hacia el suelo, haciendo crepitar su blanca espuma.
Aquellos ríos que son la sangre de mi tierra y de la tuya, y la de todos, y de los que bebe, de vez en cuando, algún Dios despistado que observa su mejor obra, de la que a veces se olvida.

16.10.11

15.10.11



Hoy, antes de empezar el discurso de las diferentes asambleas tras la manifestación por el cambio global, ha ocurrido un altercado en la plaza donde los indignados nos reunimos. Una compañera del bloque anarquista ha subido al escenario portando una bandera negra con una A circulada. Inmediatamente, los organizadores del movimiento 15M han pedido que la retirara, pues está acordado que el movimiento debe carecer de cualquier símbolo político u ideológico. La bomba estalló entre los compañeros anarquistas y los organizadores, y la discusión dio como resultado que la compañera fuera zarandeada y expulsada del escenario, que la grada exigiera la retirada del símbolo y un compañero se plantara de espaldas al publico alzando la bandera durante todo el discurso.


Si me preguntas quien soy, te diré mi nombre. Si me preguntas que pienso, no te enseñaré una bandera, un símbolo, no te diré de carrerilla un discurso añejo que algún buen hombre escribió hace años. Es muy fácil  compañero, defender una ideología, apoyarte en sus argumentos, empuñar con orgullo un trapo con colores, un símbolo de lo que tu crees justo. Es muy fácil. Pero como siempre, lo fácil se queda en simple teoría. Lo difícil es demostrar coherencia, vivir como tu quieres, no como  te dicen que vivas . Pensar, decidir, actuar, acorde a lo que sentimos, pensamos, acorde con aquellas ideas con las que nos llenamos la boca y demostramos nuestra elocuencia. 
Compañero, esto no es por lo que luchamos, los símbolos no nos importan,  importamos nosotros, y a mi jamás me representará una bandera que ha sido impuesta. No compañero, las cosas no se hacen así, las banderas no demuestran nada, esto no es Mi anarquía. 

3.10.11

...

La estatua miraba al cielo a la espera de la lluvia y el frío cortaba las caras de los transeúntes con rabia, caminaban rápido entre coches, edificios, entre cientos de presencias que realmente para ellos no estaban ahí, sumidos en sus pensamientos sin mirar alrededor, sin ver la luz, sin saber que una explosión estaba a punto de eclipsarlo todo. Empezó a llover, se vieron, y las gotas quedaron congeladas en el aire, los pasos de la gente se detuvieron, el tictac del reloj se hizo mudo, el espacio tiempo abrió una brecha solo para ellos. En un futuro se conocería como el beso mas largo de la historia, el mas bello, el mas sincero, pero en ese momento los que pasaban  solo notaban el frío cortando sus caras.






2.10.11

El hombre cobarde.

El hombre cobarde se adelanta un paso, y retrocede diez. Ni sabe, ni contesta. El hombre cobarde no escucha a sus instintos, ni a las personas que están a su alrededor. El hombre cobarde grita, no medita, escupe, no piensa. Los hombres cobardes son muchos, son cientos, viven en jaulas y creen que vuelan libres, se conforman. Los hombres cobardes asumen, no transforman, se estancan, no avanzan. Todo es un ciclo, en el que no entra su cabeza, su cabeza es como una montaña de vacío, grande, pesada, inmóvil, tan quieta que duele, que el aire no se atreve a pasar cerca de ella, y por eso se encierran en una cárcel de sueños materiales. 

El hombre cobarde me dijo un día que yo era una ilusa, y yo le miré, sonriendo, y le dije que no me importaba lo que me dijera un hombre cobarde, pero no me entendió, porque tenía miedo de hacerlo.




1.10.11

Despedida.

Es mejor no hablar del tema, esconder la cara entre los brazos, llorar. Es  mejor escribir mi última carta para decirte que es mejor no hablar del tema. Dos vidas a veces son difíciles de unir, lo sé, todo fue inesperado, y confuso, de repente tenia en la cabeza cientos de cosas que no sabia como expresar, y solo estos estúpidos textos sin destinatario que te escribía me hacían sentir mejor, mas tranquila conmigo misma, mas libre. Dejé atrás nuestro código de honor, esa virtud se la dejo a los caballeros de las antiguas guerras, a mi ya no me queda de eso, los cobardes no tenemos honor, ni valor, ni esperanza. 
A veces me gusta recordarte, incluso pensar que te echo de menos, pero no es así. Lo siento, no es así, porque dolió, y si, seguramente soy la culpable del dolor que sentí, pero no quiero que aquello se repita, no me gusta recordar mis errores, pero mucho menos que me los recuerden, no estoy dispuesta a ello. 
Hoy, noche de viernes, te escribo la última carta, Nadie, porque ya no hay mas salida, porque tienes derecho a retirarme la palabra y a irte sin despedirte si quieres, porque no voy a obligarte a que me seques las lagrimas cuando me dé por llorar al arrancarme del pecho alguna verdad , porque ya no quiero que me esperes, ni que me vengas a buscar, porque ya no hay nada, y de donde no hay no se puede sacar. Fue....diferente, supo a cerveza y a secreto bien guardado, y de la misma manera que me guardé aquél secreto, me guardo el recuerdo de aquellas noches mirando el mar. Te quería, lo digo ahora, por que mejor tarde que nunca.