30.6.11

El despojo de una tarde. Más príncipes que no llegan, mas princesas que no esperan.

Mis dedos son una destilería de sueños y palabras monótonas que siempre hablan de lo mismo, nacen de las profundidades del gran abismo que tengo clavado en el pecho para transformarse en cuatro párrafos en prosa, quizá porque no se atreven a ordenarse en versos, o no son suficientemente importantes y no cantan canciones de esas que ponen la piel de gallina.
No me gustaría que viniera el viento y se llevara las palabras que digo con sinceridad inventada, son lo único que valoro, aunque tengan faltas de ortografía y poca sustancia poética. Quizá te aburran o te parezcan estúpidas e irrelevantes, siento decirte que no escribo con un diccionario en la mano, ni pretendo usar un vocabulario demasiado rebuscado para parecer alguien realmente inteligente.


Dos conceptos diferentes, unidos por una foto que me encanta y no tiene nada que ver.


De todas partes aparecen príncipes azules desteñidos con sus ramos de flores mustias, sus capas de terciopelo e inseguridad, sus coronas de hazañas y ego sobrealimentado, ninguno me da nada que realmente  haga que me olvide de todo y que este mundo parezca menos negro, menos cubierto de ceniza. ni poesía, ni silencio, ni música, ni abrazos, buscan princesas que se crean princesas y no sapos, ni soldados, ni brujas ni hadas. No me regaléis sortijas de piedras preciosas, regaladme unas botas para correr con vos por la pradera y escalar al tejado para hablar con los gatos, no me encerréis en un castillo, llevadme a la playa y construyamos uno de arena, a nuestro gusto, e inventemos las vidas de sus habitantes imaginarios, no me contéis como matasteis a un dragón y le arrancasteis el corazón, contadme como ganasteis el corazón de una bruja regalandole un dragón morado, llevadme de la mano y vayámonos lejos, y vivamos en el tejado de un castillo de arena custodiado por un dragón morado que se enamoró de la verruga de una bruja. 

Se me acaban las ideas.

28.6.11

Autodestrucción. Boom!

Seguiré loca en mi pequeña burbuja de imperfección, me rodeen tus brazos o no. Oh, lo siento, no recordaba que ya no importa nada de lo que diga, o diga a medias, o simplemente me calle, y explote en mi garganta haciendo reventar cuerdas vocales y sentimientos que quizá podrían haber salvado mi vida. Es el torrente de sangre y nubes naranjas que me arrastra y me devuelve a mi lugar, al lugar de siempre, donde la gente me rodea y me siento mas sola que nunca. Mis ojos se entrecierran para otear el horizonte de mi cama y una vez mas no encontrar ningún rostro ofreciéndome cariño, un buenos días, una tostada, un beso con café, y entonces me resigno y abrazo mi almohada, la asfixio, deseo su muerte, o sola, o acompañada,pero nunca mas con mi almohada. La acuchillo, la estrangulo, beso cada una de las plumas que componen sus entrañas y después las mezclo con mis lagrimas. 
Pensarás 'que loca está', y asentiré con la cabeza con mi sonrisa de muñeca rota para lanzarte a los ojos cien mil reproches, siéntete culpable, soy una esquizofrenica por ti, cansada de correr tras tus pasos para tener algo de tu atención. Hola, estoy aquí! gritaba por las noches, pero nunca me escuchaste, siempre demasiado ocupado hablado de ti. Degradación, el infierno en un corazón. Quien bien te quiere te hará sufrir, y cuando no pueda hacerte sufrir mas consumirá tu vida como si fuese un cigarrillo. Espero que me olvides pronto, yo seguiré follándome al recuerdo.



27.6.11

Libertad.


Hacía tiempo que no sentía el color de la esperanza ni el viento de un cambio en mi cara. Que alegría ver que sigo viva y que mis pies todavía recuerdan como correr. Sé, estoy, persisto. Pienso que puedo volar, y que algún día lo conseguiré, no me rindo, sigo aquí con la palabra como única arma y alzo la vista al cielo para ver que sigue azul, pero mis nubes negras ya se han ido. Solo diré que si estuvieras aquí, el sol brillaría mas que nunca. Aun así, soy feliz con lo que tengo y no necesito mas que una bandera del color de la noche.

25.6.11

¿Poetas? quedan pocos, los justos para mantener el cielo azul y hacer crecer las olas del mar. 

¿Sabes que? hueles a poeta, pero te diré algo: La poesía es como el tiempo, JAMAS sobra. 

Que decepción.


24.6.11

Pretendía que comprendieras a alguien como yo, que encuentra ojos en la arena, escribe poesía en sus zapatos y habla con sus fantasmas. Que ilusa, debería emborracharme con algún poeta que entendiera mis besos cargados de metáforas, que buscara constelaciones en mis lunares y encontrara universos en mis pupilas. Quizá este realmente trastornada como alguien con mi mismo nombre, habitante de mi mismo cuerpo escribió hace tiempo, o tal vez tu estés demasiado cuerdo y no encaje nada de lo que decimos. Empiezo a invocar a los demonios de la tentación y les pido que te empujen para poder arrancarte un trozo de alma a lametones, y poco a poco encontrar una pagina en blanco en tu libro de musas doradas. 

23.6.11

Tu puto recuerdo.

Llega un momento en el que no me importa que vuelvas una y otra vez y me recuerdes lo hijo de puta que fuiste. Ahora me follo a otro recuerdo menos áspero, menos amargo, y he dejado de sentirme culpable por haber caído en un pozo lleno de demonios, todos con tu nombre. Vuelves en el mejor momento y lo conviertes en pesadilla, lo tornas todo gris ceniza, y yo atravieso tu recuerdo con una espada llamada indiferencia, y te evaporas, para dejar salir de nuevo al sol.



22.6.11

Me gustaría fabricar un gran árbol de alambre con muchas ramas que se encaramaran por el techo de mi casa, por las paredes, y que salieran por las ventanas para que todos viesen mi árbol de alambre. Colgaría mis cosas en el, tendería mi ropa al sol, pero sería un árbol artificial, gris, un árbol muerto. Sería una obra de arte, pero carecería de sentido. Sería un árbol grandioso,  pero no proyectaría sombra. Sus ramas serían frondosas, pero los pájaros morirían atravesados por afiladas púas metálicas cuando intentaran anidar. Cuando le diese el viento no haría ese sonido característico tan perfecto de los arboles susurrando, produciría un eterno chirrido desagradable. Desgarraría mis manos al intentar trepar a el, las hojas no caerían en otoño. No se podría grabar nada en su corteza para que perdurara mas allá de futuro y sus frutos serían balas de plomo carentes de sabor. 



Me gustaría plantar un árbol con muchas ramas que se encaramaran por el techo de mi casa, un árbol vivo, verde, cálido, un árbol real y no un vegetal artificial y vacío de esperanza.

21.6.11

El elefante.

El gran elefante milenario me miraba desde su trono de piedra negra y sujetaba un bastón de ébano con su mano derecha. De su trompa caían grandes lianas, como estalactitas que el tiempo ha colocado descuidadamente, y de su lomo surgían grandes púas, afiladas, amenazantes, que avisaban de que quizá esa ancestral bestia podía llegar a ser peligrosa. En su trompa florecía musgo, y entre este, escondidos, monstruosos ojos sin parpado mantenían la vista fija en alguna parte del universo. 
Alrededor de el, en aquella isla flotante, cientos de flores se mecían con el viento que producía el movimiento de sus orejas, decoradas con aros de plata de arriba a abajo, que sonaban tintineantes junto el collar de cascabeles que portaba en su cuello.


Abrió la boca para hablar, y el viento de súbito cesó y todo fue de un silencio tan puro que cualquiera hubiese pensado que había ensordecido para siempre, pero la voz del elefante sonó grave y profunda, como si surgiera de las profundidades de una cueva. Hablaba un idioma extraño, a cada palabra, a cada pausa, el cielo se iluminaba de un color diferente, y de allí surgían misteriosas estelas blancas que bailaban hipnotizantes. El monstruo calló, y una fuerza me empujó hacia el, una mano invisible que se apoyaba en mi espalda y contra la que no podía ni quería luchar. Cuando estuve lo suficientemente cerca como para oler las flores que le rodeaban y el musgo que cubría su piel, la mano invisible dejó de empujar, y el dios elefante tendió su trompa hacia mi, y yo, en un impulso, alargue el brazo para recibir el presente que sujetaba y que dejó caer en la palma de mi mano. En una montura repleta de detalles, una piedra con forma de ojo brillaba a la luz de las estelas blancas que bailaban encima de mi cabeza, y contenía en su interior la sabiduría eterna de aquel ancestral ser, me había sido otorgado el tesoro del elefante, la calidoscopio de la verdad.
El elefante volvió a hablar, la voz surgida de una cueva sonaba de nuevo en mis oídos, los colores volvían a aparecer en el cielo, aunque esta vez si podía entender lo que decía. Me senté, sentia cada palabra como un eco que escribía todo en el cuaderno de mis entrañas. Escuché, el elefante contaba historias de seres malvados que comían sueños y animales como el, cuyo trabajo era preservar el orden natural del bien y el mal. Puede parecer cruel, dijo, pero para que unos nazcan, primero otros tienen que morir, y yo soy el que elige quien nace y quien muere, pero los humanos intentáis hacer mi trabajo, y no puedo consentirlo. 

La gente-cebolla.

Hola, buenas noches, estoy loca. 
Una vez me contaron que a los que les gusta la lluvia son antisociales, también me contaron que los que llevan el pelo de colores son unos bastos y que los que no quieren crecer son unos Frikis. Hola, me llamo Sara y soy una loca antisocial basta y friki, ¿a que es genial? De millones de adjetivos preciosos que hay, buscan el que mas me hiera y lo disparan recubierto de petroleo por sus podridas bocas. Quizá no se equivoquen, y sea una locaantisocialbastafriki, y mi obligación en esta tierra sea soportar sus miradas de incredulidad, y mi deber sea descubrir mi pecho y dejar que sus balas adjetivales golpeen mis órganos vitales, Loca, Antisocial, Basta, Friki, como una oleada de desprecio y rechazo hacia alguien al que no entienden, o no quiere que le entiendan. ¿Por qué me tendría que gustar que me entendieran? no les veo diferentes, no me veo diferente, tengo dos ojos, una boca, una nariz, un obligo, dos manos....soy una persona, son personas, intento entenderles, y es fácil, y no me gustaría que fuera fácil entenderme a mi, ¿que clase de adivinanza es aquella de la cual ya sabes la respuesta? me encanta encontrar a gente a la que tengo que descubrir capa por capa, gente-cebolla, gente corriente que sin embargo no resultan fáciles, que te sorprenden, que en cada conversación te dan un motivo para seguir hablando con ellos, gente-cebolla que quiero y me quieren, que les gusta la lluvia, que no quieren crecer, gente que nunca acabas de conocer porque a ellos tampoco les gusta que les entiendan.


Hola, me llamo Sara y estoy loca en un mundo lleno de 'cuerdos' que llaman antisociales a la gente que le gusta la lluvia.

Pues que sigan esperando.

No se que esperan de mi, quizá que sea la chica perfecta, dulce, amable y sensible. No se si preferirían que mi voz fuera mas moderada, que mi forma de hablar menos obscena, que pensara mas en mis notas y menos en la forma de las nubes, no se si les gustaría que evitara los colores estridentes y me vistiera de rosa pastel y gris claro. Que conservara mi himen en un tupper hasta el matrimonio y que no me fascinara el fuego y los chupetones, que me hiciera la manicura francesa y peinara todas mis noches mi bonita melena castaña.
No se si esperan de mi que mi risa sea un hilo lleno de timidez y que no dijera la verdad por miedo a ser políticamente incorrecta. No se si esperan que no te eche de menos, cuando desde que cambié las sabanas no puedo dormir porque no encuentro tu olor y no tengo a que agarrarme por la noche.

19.6.11

Hoy ya no estabas, Marx, y tengo miedo que no vuelvas. Hoy has muerto, te he cogido en mi mano y he pensado 'será que tenia ganas de salir de la pecera'. Y mientras tiraba de la cadena y veía tu cuerpo en un remolino de incertidumbre te deseé buen viaje. 




Ya no sois dos almas perdidas nadando en una pecera. 



16.6.11

Antagonismo.

Soy una puta barata en un hotel de carretera. He roto mis tacones contra tu desprecio, y el rimel ha escrito 'jodete' en mi cara de muñeca abandonada. Estoy aquí, contigo, con Nadie, bebiéndome las lagrimas en vasos de chupito, emborrachándome como una perra con la poca fuerza que me queda después de luchar contra tu cuerpo y contra el mio, contra las ganas de mandar todo a tomar por el culo. Explota la rabia y rompe los cristales de la habitación, todo es odio, y volvemos a caer entre las sabanas desgastadas de tanta batalla, aunque aquí no hay trincheras y no tengo donde esconder mi vergüenza, así que recurro a las grietas mal curadas de mi pecho. 
Nos hemos vuelto antagónicos, dos polos opuestos de un planeta alejado del sol donde no hay oxigeno y hace frío. Nos abrazamos, si, pero por el simple hecho de calentarnos, porque estamos muriendo, y la escarcha no nos deja movernos, estamos muriendo abrazados, pero deseamos aniquilarnos uno a otro a puñaladas, prendernos fuego, morir juntos pero separados. 





15.6.11

La sonrisa perdida.

Aquel día llovió. Podría haber hecho calor, o podría haber pasado incluso un huracán, pero llovió, llovió como nunca antes había visto llover, o quizá fuera la primera vez que veía las gotas en blanconegro, y no como las veía siempre, de cientos de colores que se mezclaban al caer en el suelo, pequeñas gotas de pintura que teñían todo de aguafrío.


Llovía el cielo y llovían mis ojos, sentada en el autobús, esperando llegar a la ultima parada, mirando a la gente que subía, imaginándome como eran sus vidas o lo que estaban pensando en ese momento. Nadie pensaba en mi, todos estaban absortos en sus propios problemas, pero entonces me di cuenta de que yo pensaba en ellos, y que probablemente alguien estaría en ese momento imaginado como era mi vida o que asunto rondaba en mi cabeza. Mire a mi alrededor, y le vi, seguía lloviendo, y perseguía con los dedos las gotas que resbalaban por el cristalLlovía y la luz era tenuehúmeda, sonreía, y se me ocurrió que su sonrisa se había traspapelado entre tantas caras grises como la lluvia. Era poesía, me llamé idiota por no haberlo visto antes, escribí veinte poemas en mi mente en los veinte segundos que le miré, sorprendida, y el infinito abismo que surge al chocar dos retinas se creó entre nosotros, y de repente dejó de llover gris y llovió de nuevo pintura


Llovía pintura, y yo había encontrado una sonrisa en un autobús.





14.6.11


Me dijo ''tengo frío, acércame calor'' y fui con tanto brío que encendí su corazón. Y mientras la besaba me dijo en un temblor: esto es lo que faltaba para que saliera el sol.

13.6.11

Que monótono se me hace todo. Que ganas de arrancarle la corbata a la vida y salir volando a un cielo distinto. Que ganas, joder. Que ilusión me haría abrir una caja y encontrar un mapa del tesoro, ¿que tesoro? el que yo quiera, el que queramos buscar en algún paraje desconocido y salvaje. Vayámonos lejos y dejemos a los hombres grises con sus alargadas caras de critica y mentira, quiero bucear en el mar y dormir mirando al cielo, pasar frío, hambre, conseguir nuevas cicatrices y añadirlas a mi colección de recuerdos, quiero soñar y al despertar, que todo sea como cuando dormía, quiero salir y beber, sin caer en el royo de siempre, y que el llegar a la cama no sea una guarrada sin ti. Creo que a eso lo llaman vivir.



!VAYÁMONOS DE AQUÍ POR FAVOR!

11.6.11

La ninfa.

Era aquello una sirena,un ángel, un hada? una ninfa, eso es lo que era, y me aterrorizaba con su enorme mirada y su piel blanca como la luna. La fantasía se había tornado en autentico terror, aquel monstruo con dientes afilados y uñas como cuchillas se acercaba a mi, desde ese rincón infernal del bosque donde la luz no llegaba por miedo a encontrarse con aquel ser con mirada pícara y sonrisa amenazante. Se acercaba a mi, ¿y que podía hacer yo? ¿que debería hacer frente aquel precioso producto de la naturaleza mas salvaje, aquella criatura extraña con la que tantos hombres soñaron? Era un monstruo, cada vez mas cerca de mi, mostrándome sus peligrosos dientes en la sonrisa mas perfecta que mis ojos habían contemplado. Y no me moví, no respire, hipnotizado, sumido en la visión de su enredado pelo cayendo sobre sus hombros, y mientras yo seguía el movimiento de sus parpados, ella rodeó mi cuello con sus frías manos de animal nocturno, y clavando sus verticales pupilas sobre las mías, me besó en los labios, sin cerrar los ojos, sonriendo, atrapándome en el remolino de su afilada boca. Acto seguido desapareció. 


Fallecí al poco tiempo, el veneno corroía mis venas, pero sus ojos seguirían en mi corazón incluso después de muerto.



8.6.11

La muchacha de los ojos tristes.

Que mirada tenia aquella muchacha, sus ojos eran ventanas abiertas al otoño, tristeza ocre, dos soles pardos, y en su centro, el universo.
Que mirada tenia aquella niña, la tristeza que irradiaba hizo que a mi mente llegara un acorde, melancólico y lúgubre, aquellos ojos eran cien melodías.
Que mirada tenia aquella hada, apareciéndose en mis noches en vela, dibujando sus pupilas en mi conciencia, surcando el cielo con sus pestañas.
Mi niña, mi hada, mi muchacha, que no se atreva una lagrima insolente a empañar tu mirada, ni a mojar tus labios de quebrada sonrisa, pues una mirada tuya, para mi, la vida.






Daniel.

''Me enamora , me enciende los sentidos, hace que brillen , para tras unos segundos , vuelvan a la monotonía.''


si alguien te dice algo así, el corazón te explota en mil trocitos de poesía, formando en el cielo un surco de ilusiones y esperanzas. Amistad, que amistad mas bella la tuya conmigo.


Mil años mas a tu lado, Daniel S.E.

5.6.11

El latido de una estrella.

¿Ha oído alguna vez el gemido de una estrella al morir? es espeluznante, se lo aseguro. Pensar que una criatura tan bella, tan blanca, divina y celestial pueda morir de una manera tan efímera hace que se me encoja el corazón. Las estrellas son animales curiosos, ¿sabe usted? nosotros desde nuestro humilde punto de vista, desde aquí abajo, en las profundidades de este antro llamado tierra, las vemos estáticas, pero nada mas lejos de la realidad! las estrellas bailan, las constelaciones no son mas que jóvenes estrellas jugando al corro de la patata, y las estrellas fugaces son preciosos caballos alados espaciales, volando majestuosamente, ofreciendo un espectáculo maravilloso. No se crea usted que soy un entendido en la materia, simplemente he invertido muchas noches observando el cielo ¿cuantas? las suficientes para hacer un estudio completo de cada una de esas misteriosas criaturas brillantes. Espere un momento, si no le importa, y le enseño mi cuaderno de anotaciones...aquí está! mire mire, una ficha de identificación de cada una de ellas, detallando el nombre, apellido, numero de la seguridad socio-estelar, sus gustos y aficiones...
Pero como iba diciéndole, estos animales celestes no son inmortales, ni mucho menos! cuando les llega la hora es realmente triste y a la vez impresionante, se lo explicaré con todo detalle: primero, se encienden , brillan mas que nunca e iluminan el cielo con un esplendor increíble  como si fueran un faro que atrae a la parca, y después, rojo, rojo sangre, a veces lila, verde o amarillo,  una aurora mortuoria, un fantástico y sobrecogedor espectáculo de despedida, una explosión que parece decir gracias a todo aquel que alguna vez posó su vista en ella. Jamás se le olvidará la muerte de una estrella, de eso puede estar totalmente seguro.


Comprate una vida, o dos.

Vendían de todo, peligrosas vidas de acróbata circense, de valientes caballeros que lucharon cabalgando bellos corceles blancos, o de aburridas damas estiradas y repeinadas, siempre pensando en el té y en en análisis de la poesía, de esas que hablan francés y siguen las radionovelas de las 5 en punto. 
El dueño era un prestidigitador que años atrás notó el déficit de vida en las personas, y pensó que vender nuevas vidas, con nuevos recuerdos y nuevas vivencias sería un buen negocio, y lo peor es que no se equivocaba, así que se puso manos a la obra y embotelló todas las vidas que pudo, sin pasar por alto las exigencias de mercado y sin olvidarse de invertir en publicidad. 
Después de muchos meses de trabajo, embotellando vidas, planeando la campaña de marketing y reformando la vieja carpintería de su abuelo Bonifacio, llegó el momento de la inauguración, y la tienda se llenó hasta los topes de personas que no tenían vida y deseaban adquirir una nueva, que buscaban tener recuerdos mejores o un futuro un poco mas interesante. Se hizo de oro en poco tiempo, pero el prestidigitador no era una persona ambiciosa, solo quería ayudar a los demás y poder vivir bien, dentro de los parámetros de un pequeño burgués autónomo. 
Las nuevas vidas venían con manual de instrucciones escritos con palabras simples, sin demasiadas florituras ni un exceso de palabras cultas, para la rápida y fácil comprensión de alguien que no tiene vida ni sabe como usar una.





se conocieron en invierno, y en otoño, y en primavera....y por fin, llegó el verano con todo su esplendor, desperdigando motitas de polvo sobre los libros de texto y acortando la ropa hasta el infinito. Pasaban las tardes en la playa, esquivando olas y buceando, buscando algún tesoro perdido, quizás. Después volvían al parque de los columpios oxidados y esperaban a que las estrellas se vieran definidas y limpias, como si el cielo fuera un gran océano lleno de perlas cósmicas. 
Siempre tenían temas de conversación, o canciones nuevas que cantar, aunque ya las hubieran cantado miles de veces. Solo una guitarra, dos voces y un coro de cigarras alborotadas y repetitivas, formando la orquesta perfecta. 
Y tan rápido como había llegado, el verano se marchó agitando sus alas de nostalgia y despedidas, y tras el llegaron el invierno, el otoño, la primavera...



















...How I wish, how I wish you were here
We're just two lost souls swimming in a fish bowl, 
year after year, 
running over the same old ground. What have we found? 
The same old fears, 
wish you were here...

Enjoy the silence.

Hay épocas en las que el silencio es lo único que deseo, y casi nunca lo encuentro. El silencio. Que bien suena el silencio, que dulce es esa palabra, cuya S se me marca en la conciencia y no me deja dormir. El silencio. Cerrar los ojos y dejar que el silencio te rodee, y sentir como hasta los latidos de tu corazón tienen miedo de sonar demasiado fuerte y perturbarlo. Que bello es el silencio, cuando la tormenta es inminente, el silencio, cuando ya no hay nada que decir, el silencio, cuando una palabra se prende en el fondo del recuerdo, el silencio. 

1.6.11

El Hospital de los nadies.



¿Como sé que eres real? Pienso. La respiración de las miles de mentes que me rodean me ahoga, algunas ríen y otras...otras se apagan, evaporándose como humo de tabaco en el ambiente difuminado de la conciencia. Fumo. Tranquilo, tengo una gran sala de espera para mi, con cientos de sillas vacías, y el suelo gris ceniza, y la luz fría se cuela por las ventanas. Espero. Lo llaman el hospital de los nadies, porque si estás aquí, ya nada importa. De fondo, las ruedas de una camilla que transporta un corazón que murió de sobredosis suenan como raíles de un tren con destino a dios sabe donde. Una princesa maníaco depresiva me mira, escondida tras las cortinas, esperando a que pase cerca para tirarme del pelo, mientras sonríe con sus dientes de perla medicada, y le devuelvo una mirada inexpresiva, porque no me apetece decirle nada. He llegado hasta aquí, he venido a parar al hospital donde las enfermeras son canciones y los cirujanos puestas de sol, donde el tiempo y la verdad son relativos, donde si miras por la ventana encontraras nieve y escarcha. El cuerpo ya no pesa ni siente, es el retiro de los malditos de mente, aquí nos refugiamos de los buenos pensamientos, purgamos el alma y nos volvemos lluvia, para volver a subir a las nubes, y caer de nuevo.